La maratón de la competitividad

El Gobierno Nacional siempre ha tenido mucho interés en los esfuerzos del Centro de Liderazgo y Gestión en las siete versiones de Expogestión para rea¬lizar estas interacciones y capacitaciones entre la comunidad empresarial colombiana, los expertos internacionales y el sector público. Muchos de los temas mencionados por Gustavo Mutis, como la tecnología o la biodiver¬sidad, están previstos como estrategias centrales para los próximos cuatro años.

Es esta, entonces, una opor¬tunidad invaluable para iluminar el camino. Un camino, por demás, prome¬tedor: Colombia pertenece al exclusivo bloque de los Civets junto con Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Suráfrica.

 Ello es resultado de los esfuerzos realizados en materia de competiti¬vidad, de seguridad, de confianza inversionista, que nos permiten ser el cuarto destino de inver¬sión extranjera en América Latina. Esto le ha permi¬tido al país generar una importante reducción de la pobreza en los últimos cuatro años y, de esa ma¬nera, vamos entrando en una especie de reconocimiento de lo que nos espera en la próxima década.
El presidente Juan Manuel Santos, en su discurso de presentación ante las autoridades del gobierno del Brasil, decía que esta es la década de América Latina.

Hemos destinado más de 20 años a la consolidación de la competitividad. El profesor Michael Porter, hace cuatro años nos elogió por las metas cumplidas pero también nos cuestionó por no haber logrado aún un acuerdo entre el sector público y el privado. El Gobierno entendió la lección y trazó unas versiones compartidas que permitieron el surgimiento, en 2006, del Sistema Nacional de Competitividad, que es resultado de las reflexiones hechas en pasadas versiones de Expogestión.

Se trata de un Plan de Competitividad con una versión a 2032, y lo más interesante es que, sin importar que haya habido un relevo en la presidencia y en los ministerios, esas políticas se sostendrán, se ampliarán y se mejorarán. 
Colombia en cuatro años ha logrado pasar del puesto 83 al puesto 37 en un grupo de 183 países. Nuestro país fue el primero en América Latina en mejorar su clima de negocios.
Colombia está entro los 15 mejores países en el mundo en los trámites electrónicos para el comercio exterior. Sin embargo, tenemos también rezagos: sólo hay que mirar el costo de transporte entre Bogotá y Cartagena. Es que en la competitividad  no existe derecho al descanso; lo que se ha hecho es importante pero insuficiente. Hay atrasos muy importantes en infraestructura y en tecnología, y qué bueno que en esta nueva versión de Expogestión nos dediquemos a las estrategias para apostarle a la educación, a la investigación, a la tecnología y al aprovechamiento de la biodiversidad.

Los problemas vigentes
Persisten problemas de barreras al comercio, no solamente de aranceles, no solamente de baja exportación per cápita y de baja importación per cápita. El liderazgo de la región lo lleva Chile: ellos están en la cuarta posición y nosotros, mientras tanto, en la 134. Hay un retraso que debe ser corregido.Tenemos unos niveles de proteccionismo demasiado grandes para la segunda década del Siglo XXI. El liderazgo en esta materia, a su vez, pertenece al Perú, país que rápidamente ha entendido que las barreras al comercio y los aranceles lo único que generan es atraso y pobreza. Perú va en el camino de recortar cada vez
Si estamos en una competencia de 185 países, queremos que Colombia esté entre los 30 primeros. Hemos visto los progresos en los últimos ocho años y sabemos que cuando nos hemos propuesto como sociedad una meta la hemos alcanzado.

más su pobreza, sus atrasos, su inequidad, por vía de un mayor crecimiento económico. En exportaciones per cápita estamos entre los países con niveles más bajos de la región: estamos en el puesto 125 a nivel mundial mientras que un país como Costa Rica ocupa el puesto 57.También estamos dentro de los países que menos importaciones hacen en el mundo: estamos en el puesto 131, muy lejos de un país como Honduras. En turismo también estamos rezagados. Mientras que nosotros seguimos viendo al turismo como una cenicienta sectorial, en otros países se ha entendido que es un rubro altamente transable, gene¬rador de empleo y clave para el desarrollo económico. Aunque hemos tenido una recuperación importante -hemos pasado de 500.000 visitantes hace ocho arios a 2'500.000 el ario pasado- seguimos siendo el país número catorce en la región, estando por debajo de Guatemala, de Panamá, de Costa Rica, de Perú, de Chile, de Argentina, de Brasil, de República Dominicana. Cifras que no se compadecen con nuestro tamaño y nuestra biodiversidad: el Foro Económico Mundial sitúa a Colombia como el quinto país con más y mejor biodiversidad para el turismo y, no obstante, y aún teniendo más de 53 parques na-turales, somos el país número 75 en preferencia de los turistas de biodiversidad en el mundo.

No podemos ceder un milímetro en los anteriores retos. Así como es posible perder competitividad, como le ha pasado a Estados Unidos, es posible también ganarla. Hay algunos países que hace 30 arios no soñaron con estar entre los diez primeros y hoy lo están, de manera que también es una decisión de país el que podamos avanzar o no en el crecimiento y en la prosperidad. Y por esa misma razón nos hemos fijado unas metas específicas. Queremos, sobre todo, reducir la informa¬lidad a través de un proyecto de ley. Pensamos reducirla a un nivel entre el 40 y el 45%; hoy sobrepasa el 62%. El mejor país de la región en esta materia es Chile, que está en el 37%. A ellos les costó casi 20 arios de crecimiento económico para llegar a ese nivel. Nosotros necesitamos en los próximos cuatro arios dar un salto cuantitativo en materia de formalización empresarial y lograr que miles de empresarios colombianos pasen de la informalidad a la formalidad. Que pasen no sola¬mente a la formalidad de un registro sino a la formalidad de tener contratos laborales flexibles y que les permita también pagar los impuestos de manera simplificada y fácil, ajustada realmente a los ingresos.

Las metas trazadas
El Presidente Santos quiere que Colombia esté entre los mejores del curso. Si estamos en una competencia de 185 países, queremos que Colombia esté entre los 30 primeros. Hemos visto los progresos en los últimos ocho arios y sabemos que cuando nos hemos propuesto como sociedad una meta la hemos alcanzado. Lo que debemos hacer es aumentar y diversificar nuestras exportaciones: contamos con tratados para ello pero son sólo instrumentos, porque los negocios los deben hacer los empresarios. El gobierno va a asumir su responsabilidad de acompañar a los empresarios para que aprovechen los tra-tados internacionales. Queremos diversificar y darle más valor agregado a nuestras exportaciones, y lograr así que el programa de transformación productiva se vuelva el líder en la loco¬motora de la innovación. Con las prioridades sectoriales que hemos definido creemos que se pueden duplicar los empleos, aumentar las ventas, doblar las ventas de estos sectores y, por supuesto, aumentar las importaciones. Igualmente, queremos aumentar la inversión extranjera en Colombia hacia niveles cercanos a 13 mil millones para finalizar el cuatrienio, lo que haría de Colombia uno de los principales destinos en América Latina para la inversión extranjera. También queremos apoyar la inversión de los colombianos en América Latina. Ya hay muchas empresas colombianas que han comenzado a salir a hacer inversiones en Panamá, en Ecuador, en Perú, Brasil, México y en Centroamérica, pero de todos modos todavía hay mucho más espacio para crecer dentro de la región Finalmente, debemos hacer del turismo un verdadero sector de clase mun¬dial. No podemos conformarnos con tener un turismo de baja intensidad en nuestro país; necesitamos un turismo de clase mundial y esto implica fijar metas en visitantes, en divisas y en crecimiento del mercado aéreo nacional. De esta manera, podríamos solamente con turismo agregarle 300 mil nuevos empleos a la economía nacional.

Con las prioridades sectoriales que hemos definido creemos que se pueden duplicar los empleos, aumentar las ventas, doblar las ventas de estos sectores y, por supuesto, aumentar las importaciones.